El triunfo de Italia sacude el rugby europeo

Tras la victoria del equipo italiano frente a Francia en la lucha por el Seis Naciones, varias figuras internacionales mostraron su sorpresa y felicitaron a los azzurros en Twitter.
Jonny Wilkinson (@JonnyWilkinson) fue uno de los primeros en expresar su opinión sobre el triunfo italiano: "Felicitaciones Italia. Mostraron su creatividad en ataque, precisión en la ejecución y un gran compromiso en defensa para cerrar el partido".
Sebastien Chabal (@SebChabal) fue otro de los exponentes que se refirió a este encuentro: "Bravo por los italianos. Qué corazón. Consiguieron lo que buscaban. Fueron mejores que nosotros. Felicitaciones".
Mirco Bergamasco (@MircoBergamasco), ausente por lesión en el equipo italiano, remarcó: "Esta selección es un orgullo. Bravo por los muchachos!". Los propios jugadores como Sergio Parisse (@SergioParisse)  y Martín Castroggiovani (@Castrito81) agradecieron a través de sus cuentas oficiales por el apoyo y festejaron la victoria.
Cronica:
En el partido que cerraba la primera jornada del Seis Naciones, Italia pegó el grito en el cielo al derrotar a Francia por 23 a 18 gracias a tres jugadores de origen argentino: Parisse, Castrogiovanni y Orquera
Italia cambió. Dejó de ser el rival accesible y lo viene demostrando hace tiempo, aunque hoy lo pudo ratificar con un resultado favorable. Roma, la capital italiana, fue testigo de una hazaña histórica e inolvidable, que quedará grabada en la memoria de muchos y por mucho tiempo.

Apenas Owens pitó el inicio, los dirigidos por Brunel fueron a por todo. Y de una rápida contra llegó el primer ensayo del partido, made in Argentina, claro. Orquera se filtró por un hueco que dejó la defensa rival y, tras correr varios metros, la abrió al abierto para Parisse, el gran capitán, que aterrizó en la zona de marca e hizo delirar a un Estadio Olímpico colmado.
Pero Francia reaccionó, fue al golpe por golpe, y Picamoles se encargó de empatar las acciones. Daba igual, ganaban los locales 7 a 5 ya que Michalak erró la conversión. Ah, a todo esto, iban sólo 10 minutos de juego!!
Los azzurros se plantaron, clavaron bandera, pero mantuvieron la calma en los metros finales. Y como no podían romper la defensa de los galos, Orquera apeló a otro recurso: el drop, clave para sumar cuando no se puede ganar claramente la línea de la ventaja. Unos minutos después, un golpe del apertura dejaba las cosas 13 a 5. ¿Tiempo? 20 minutos.
Mientras transcurrían las acciones, la impresión era que Italia tenía la posesión y hacía el desgaste con sus delanteros pero Francia, las pocas veces que tenía la pelota, la jugaba por las alas y generaba más daño. Cerca de los 25’, Les Bleus se intalaron en su 22 y casi se van con siete puntos pero finalmente fueron tres gracias al golpe de Michalak.
El conjunto de Saint-André estaba perdido, le costaba encontrar el camino. Lejos estaba de la versión de noviembre, muy lejos. Sin embargo, se puso al frente con el ensayo de Fall y la posterior conversión de Michalak, hoy jugando de apertura.
Con el 15 a 13 llegó el final del primer tiempo y los equipos a los vestuarios. Italia ya no era el mismo de los primeros 10 minutos pero estaba a tiro. Francia, deslucido, sin variantes para encontrarle la vuelta al partido. Mejor dicho, inmerso en un callejón oscuro que, a la larga, se quedó sin salida. En la segunda parte parecía que los galos podían llegar a igualar las diferencias con el banquillo y que Italia sentiría el desgaste del primer tiempo. Puras conjeturas. El anfitrión siguió en pie a pesar del 18-13 desfavorable (sumó otro golpe Michalak) y llegó al ensayo por medio de Martín Castrogiovanni –convertido por Orquera- para colocarse por delante 20-18.
Luego, un fantástico drop de Burton ponía a los azzurros al frente del tanteador por 23 a 18. Llegó el final, Francia fue a buscar la hazaña, estuvo muy cerquita pero Italia pasó el sofocón y terminó festejando una victoria histórica, que vale mucho en todos sentidos. No será candidato, ni ganará el Seis Naciones, pero este equipo dejó bien clarito que está para derrocar a los grandes equipos.